También se habla de factores genéticos, pero la verdad es que no se sabe por qué se produce la enfermedad y no tiene cura. Sin embargo se ha encontrado que la citoquina Interferón Beta (INF-ß) es un modificador de la respuesta biológica que genera beneficios en los pacientes. Se empezó con este tratamiento pues se piensa que podría ser consecuencia de una infección viral y latente del sistema nervioso.
Existen diferentes Interferones en el mercado: Avonex, Rebif y Betaferon.
En mi caso, estoy medicada con Betaferon el cuál es una inyección subcutánea que debo aplicarme día de por medio. La zona de aplicación varía y debe rotarse, existen guías para saber en qué parte ponerla y además la fecha en que debe hacerse.
Al principio del tratamiento se sufren de efectos secundarios como fiebre, dolor de cabeza, dolor en el cuerpo e incluso en mi caso sufrí de pérdida de pelo pero ya después el organismo se acostumbra al medicamento y se vuelve una rutina como lavarse los dientes o peinarse. No les niego que al principio fue muy difícil para mí pero este es un medicamento que retrasa el avance de la enfermedad y hace que haya una disminución en las recaídas hasta en un 60%, pues como les dije, esta enfermedad no tiene cura.
Es un medicamento costoso, la caja de 15 inyecciones para un mes está al rededor de los 4 millones de pesos, sin embargo mi EPS Famisanar (después de MUCHOS trámites, evidentemente) me la da mes a mes sin falta.
Mi trastorno mixto de depresión y ansiedad está siendo manejado con Lexapro, un antidepresivo cuyo costo es de 280mil pesos la caja de 14 pastillas pero esta también me lo da la EPS mes a mes.
No es fácil vivir de esta forma, pero es lo que nos tocó así que no hay opción de nada más. Me siento afortunada pues a pesar de los líos de la salud en el país, he corrido con suerte y no puedo quejarme realmente.